En el diccionario la palabra pasión aparece como sinónimo de arranque, de frenesí o entusiasmo... Entonces, pasión es también la palabra clave en cada proyecto de la vida, dicen los integrantes de un grupo de socios de San Martín que, para colaborar con la actual comisión directiva, remodelaron la cantina del club y realizaron reparaciones que beneficiarán al “santo” de sus amores.
“Empezás a hacer una cosa y ya te dan ganas de hacer esto y lo otro. Todo...”, se entusiasma Aldo Pintos salpicado de pintura, en una especie de descanso de tanto trabajo en la cantina de La Ciudadela. “No tenemos título, somos un grupo que si bien nació de la agrupación que perdió las últimas elecciones, pretende dar una mano como socios”, dice Fernando Vilecco, quien junto a Pintos, Sergio Albornoz, Alfredo Luján, Belén Chaile y el actual integrante de la CD, Marcelo Díaz, llevaron adelante la remodelación de la cantina que comenzó a funcionar otra vez ayer, durante el clásico contra Atlético.
“El presidente Oscar Mirkin y el vice Claudio De Camilo decidieron que me encargara de estas obras y me reuní con los chicos para comenzar a gestar cada una de ellas buscando proveedores, sabiendo que lo que podíamos hacer era algo realmente importante”, explica Díaz con razón porque, como en toda institución, el buen funcionamiento de la cantina es una muy buena fuente de ingresos.
Sin embargo, no resultó sencillo repuntar el bar. De las cosas que le dejaron a la cantina en su pasado encontraron sólo escombros. “Manejamos la cantina en la época de Daniel Palacio como presidente y de ahí nos quedaron la experiencia y los conocimientos de la ganancia que producía. Por eso llegamos con la propuesta, nos pusimos en contacto con Marcelo y nos pusimos a disposición de la comisión para dar una mano, porque antes de cualquier partido político interno está San Martín. Decidimos ayudar y así nació todo otra vez”, cuenta Vilecco del nuevo comienzo.
Seis heladeras, una cortadora de fiambre, un freezer, un anafe y varios otros accesorios que anteriormente componían la cantina que manejaban era lo que faltaba cuando volvieron al ruedo.
“Desde aquella dirigencia hasta esta no sabemos qué paso. Pero no es la idea entrar en conflicto, simplemente decir que encontramos una situación difícil y debimos arrancar de cero. Primero trabajamos en donde debía funcionar la boutique y recién ayer estrenamos esto”, cuentan Díaz y todo el grupo.
¿Qué se hizo en estos días con la cantina? “Se la pintó, restauró, revocó, se pusieron 94 metros de cerámicos, salidas de gas, luz, extractores, purificadores...”, enumeran. La lista también sigue con nuevas heladeras, horno, cocina y cortadora de fiambres.
Así como el equipo se reforzó para afrontar un nuevo campeonato, ellos también se puso en campaña para devolverle vida a la cantina. “Hoy todo esto es del club y es un avance que como grupo, con instrucciones de la presidencia, pudimos lograr”, dice Díaz.
Las puertas están abiertas para el hincha que quiera colaborar o sumarse, como así también las empresas y sus publicidades.
El compromiso va más allá de la cantina, para embellecer y sobre todo estabilizar el estadio. “El sistema de iluminación se cambió por completo, igual que las torres. Estaba todo destruido, con cables pelados y fierros al descubierto. ¡Un peligro! En esto tenemos que agradecer el aporte del ingeniero eléctrico Carlos Unzuga y su grupo, que no cobraron un centavo por trabajar y devolver la seguridad en este aspecto”, explicó Díaz, y destacó otro logro importante: la recuperación de un grupo electrógeno propio.
Mientras tanto, los chicos reciben los accesorios de los nuevos baños del club (que se están remodelando por completo) y acompañan a Luis Mendoza, el artista “ciruja” que se encargó de estampar a las glorias de San Martín en las paredes de la boutique (que volverá a funcionar como tal) con murales para la historia.
Un nuevo año en el Federal A demandará un importante gasto para la institución y con la cantina otra vez en marcha (más las obras que invitan al hincha a disfrutar de su club) estos apasionados por el “santo” logran aportar mucho más que un granito de arena.